La noche deja su paso al albor, el Tata Inti (Padre Sol) anuncia su llegada, los peregrinos despiertan después de un duro camino acompañados por la Mama Quilla (madre luna) y por el frío gélido, cada año (una vez finalizado el Qoyllur ritti) las alturas de Quispicanchis (Cusco) son testigos del antiguo ritual en honor al Tata Inti, los peregrinos de Paucartambo y Quispicanchis antes de volver a sus respectivos hogares celebraran al Sol.
Grandes hileras de danzantes y ukukus toman sus lugares, se arrodillan y esperan la salida del sol para saludarlo en el lugar denominado Intilloqsimuy, esta práctica ancestral de adoración al sol se realiza desde la época de los Incas.
El Tata Inti se levanta en el campo helado, todos saludan al astro rey que ilumina y calienta todo este mundo gélido, entre diez mil y doce mil peregrinos participan en esta ceremonia, luego danzan en hileras y se desplazan, las ceremonias y descansos se realizan en cerros, rocas y las apachetas, lo que confirma que se trata de una práctica milenaria.
El sincretismo está presente, la evidencia es que los danzantes procedentes de Paucartambo y Quispicanchis (que representan a los chunchos y qollas) llevan consigo la imagen del Señor de Tayancani, esta ceremonia es Sui Generis en los Andes, y debo agregar que ser testigo presencial de esta causo en mi regocijo, pues “no hay nada que alegre más el alma que ver a un pueblo celebrando su cultura”.
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